miércoles, 25 de agosto de 2010

-->Lluvia...déjala caer <--

Torrentes que salen de su boca
a la hora de gritar,
caudal constante
sus lágrimas probocaban,
en su desesperación anhelaba
hacerle compañia a Judas,
solo quería ahogar sus penas,
escurrir la traición.

Sus mejillas desgastadas

por la erosión , al igual
que el cigarrillo que por descuido
se consumió sentada al lado
de la chimenea que nunca funcionó.
 
 El tiempo sin aviso llegó,
el escritor de la carta que nunca
recibió reclamaba su ausencia,
reclamaba su partida.

No se sabe que fue de su cuerpo,

la humedad informa que murió.
El cielo está ahora completamente
despejado.

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